México es un país de destinos infinitos. Más allá de sus playas mundialmente conocidas y sus ciudades vibrantes, existen rincones que conservan una magia especial, donde el tiempo parece fluir a otro ritmo. En su Estudio de Viajes y Sostenibilidad 2025, Booking.com reveló que el 69% de los mexicanos desea dejar los lugares que visita mejor de como los encontró, una señal del creciente interés por el turismo responsable, el apoyo a comunidades locales y la búsqueda de experiencias auténticas.
Con ese espíritu, la plataforma propone descubrir cuatro destinos únicos que aún guardan el encanto de lo poco explorado, ideales para quienes buscan reconectar con la naturaleza, la cultura y la tranquilidad.
Todos Santos, Baja California Sur
En el litoral del Pacífico, este pueblo costero combina la calma del mar con una vibra artística que lo ha convertido en un refugio bohemio. Sus galerías, cafés y boutiques reflejan una comunidad creativa que convive armoniosamente con las tradiciones locales. Perfecto para observar ballenas, practicar surf o simplemente disfrutar de su ambiente relajado, Todos Santos ofrece un escape donde el arte y la naturaleza se entrelazan.
Dónde hospedarse: Baja Temple, un alojamiento boutique que refleja el espíritu libre y creativo del destino.
Barra de Navidad, Colima
Entre lagunas y mar abierto, este pequeño paraíso conserva su esencia de pueblo pesquero. Ideal para los amantes de la pesca deportiva, los paseos en lancha o las caminatas al atardecer, sus playas casi vírgenes y su malecón pintoresco evocan la serenidad de un México costero que pocos conocen.
Dónde hospedarse: Grand Isla Navidad Golf and Spa Resort, un resort frente al mar que combina confort y tranquilidad.
Jalpan de Serra, Querétaro
Ubicado en el corazón de la Sierra Gorda, Jalpan de Serra es un destino de contrastes: montañas, misiones franciscanas declaradas Patrimonio de la Humanidad, cascadas y miradores que quitan el aliento. Su riqueza natural y cultural lo convierte en un punto de partida ideal para los viajeros que buscan aventura, historia y conexión con la biodiversidad.
Dónde hospedarse: Hacienda de Jalpan, un lugar acogedor que conserva el encanto histórico y la calidez serrana.
Villa del Carbón, Estado de México
Conocido como “la esmeralda mexiquense”, este pueblo rodeado de bosques, presas y calles empedradas es el refugio perfecto para quienes desean desconectarse del ritmo urbano. Famoso por sus artesanías y paisajes verdes, ofrece una experiencia de descanso profundo entre montañas.
Dónde hospedarse: Rancho San Miguel, cabañas rústicas en medio del bosque ideales para disfrutar de la tranquilidad y el aire puro.
Explorar estos lugares es una manera de descubrir un México más íntimo, donde el turismo se vive con respeto por el entorno y las comunidades. En tiempos en que viajar también implica cuidar, estos destinos recuerdan que la belleza auténtica se encuentra en los caminos menos transitados.