En Miahuatlán de Porfirio Díaz, al sur de Oaxaca, cada Día de Muertos se celebra una de las tradiciones más entrañables del estado: las caritas de Miahuatlán, pequeñas figuras de masa que parecen mirar desde el pan de muerto con ternura y fe. Estas piezas artesanales, moldeadas y pintadas a mano, representan ángeles, cristos o santos, y son el toque que transforma un simple pan en una verdadera ofrenda de vida y memoria.
Un legado que se amasa con fe
Las caritas tienen sus raíces en la época colonial, cuando las comunidades indígenas del sur de Oaxaca mezclaron sus creencias con las enseñanzas católicas. En lugar de tallar figuras religiosas en madera o barro, comenzaron a moldearlas con masa de maíz, el alimento sagrado por excelencia en la cosmovisión mesoamericana.
Así nació un símbolo de sincretismo mexicano: el maíz como cuerpo, la figura como alma y el pan como ofrenda. Colocar una carita sobre el pan de muerto significa darle vida y espíritu, una manera de honrar a los difuntos desde la fe y la creatividad artesanal.
El arte detrás de cada carita
El proceso de elaboración sigue siendo completamente artesanal. Las familias preparan una masa suave de maíz nixtamalizado, moldean con las manos los rostros y delinean los rasgos con palillos o cuchillos pequeños.
Después, las figuras se dejan secar al sol y se pintan con anilinas o tintes naturales en tonos blancos, rosados o marrones. Algunas incluyen aureolas o alas diminutas, evocando a los ángeles que acompañan a las almas en su viaje.
Cada carita es única: unas sonríen, otras parecen meditar, y algunas guardan una expresión de paz que refleja la devoción de las artesanas oaxaqueñas.
Panes con rostro y alma
En Miahuatlán, los panes de muerto suelen tener forma de cuerpo humano, y las caritas coronan la parte superior, simbolizando el rostro del difunto o su espíritu. Cada familia conserva su propio diseño y receta, lo que convierte a cada pan en una pieza única de identidad y tradición.
Durante los últimos días de octubre, los mercados y panaderías locales se llenan de color y aroma. Se hornean miles de panes decorados con caritas que se venden en todo el distrito e incluso llegan a otras regiones de Oaxaca.
En las ofrendas, las caritas destacan entre las flores de cempasúchil, veladoras y copal, recordando que en Oaxaca el arte, la fe y la cocina van siempre de la mano.
Una tradición que se niega a desaparecer
A pesar de la modernidad y las panaderías industriales, las caritas de Miahuatlán siguen elaborándose como hace más de 100 años. Las artesanas han mantenido viva esta práctica, enseñando a niñas y jóvenes a moldear y pintar las figuras que dan rostro a la memoria.
Más que un adorno, las caritas representan el orgullo cultural de un pueblo que honra la vida a través del maíz y el fuego del horno. En Miahuatlán, el pan no solo se come: se contempla, se bendice y se recuerda.
Dónde encontrarlas
Durante la temporada de Día de Muertos, las caritas pueden encontrarse en los mercados y panaderías tradicionales de Miahuatlán de Porfirio Díaz. Algunas familias también las elaboran por encargo y las envían a distintas zonas de Oaxaca, donde son muy apreciadas por su belleza, su historia y su significado espiritual.
